En Netflix está la docu-serie española, en tres capítulos, sobre las últimas horas de Mario Biondo, el camarógrafo de Palermo hallado muerto el 30 de mayo de 2013 en Madrid, donde vivía, ‘ahorcado’ de la biblioteca de su casa con un pañuelo .
El caso ha despertado (y sigue despertando) una gran atención mediática en Italia y España. Según las investigaciones de la policía y la justicia españolas y las dos autopsias realizadas, Mario Biondo, marido de la presentadora española Raquel Sánchez Silva (que no se encontraba en Madrid en ese momento) se suicidó en realidad.
Sin embargo, el juez de instrucción de Palermo, Nicola Aiello, al sobreseer la investigación por limitaciones procesales vinculadas “a la distancia temporal de los hechos”, argumentó el año pasado que los elementos extraídos del expediente del Ministerio Público, a juicio del juez, negar la tesis del suicidio y sugerir que Mario Biondo fue asesinado por manos desconocidas y posteriormente colocado en una posición capaz de simular el suicidio”.
Las impresiones de quienes ven la serie sin conocer los hechos
Pongámonos en la piel de los que ven la docu-serie sin saber nada más.
Al final de los tres episodios llega a cuatro conclusiones porque ese es el propósito del documental:
- Mario Biondo, adicto a la cocaína y alcohólico, en realidad se suicidó en su casa. Antes de autoasfixiarse, consiguió drogas, fue a un burdel donde bebió, luego regresó a su casa, hizo unas minuciosas búsquedas en internet relacionadas con su esposa y el vínculo entre la cocaína y la fertilidad, y luego cometió el gesto fatal.
- La familia, aunque justificada por el dolor, se equivoca al insistir en que el hijo fue efectivamente asesinado y al criticar la actitud incluso superficial de la esposa. Debería poner su tranquilidad, en cambio usa la tele e incita a la gente de las redes sociales en contra de Raquel Sánchez Silva.
- La periodista y presentadora española, incrédula de lo sucedido tras la muerte de su esposo, es la segunda víctima del drama porque fue acosada.
- La televisión y la justicia españolas son moral y técnicamente superiores a las italianas, demasiado emotivas y buscando visibilidad.
¿Qué ocurre? Bueno, el propósito. Un documental no debería tener uno. El objetivo es contar los hechos de manera objetiva y objetiva. Mientras que la española sobre Mario Biondo ya parte de un defecto: el productor ejecutivo es el exgerente VIP Guillermo Gómez, quien además es el verdadero narrador, quien juzga los hechos y certifica la única tesis: Mario Biondo murió por una práctica de “autodefensa”. -asfixia” terminó involuntariamente en tragedia. Básicamente, el siciliano no quería suicidarse sino que optó por recuperar el aliento por quién sabe qué razones: juego, autocastigo, demasiado tomado por el alcohol, las drogas y la pelea que tuvo con su esposa porque no podían tener ¿niños? Es desconocido. En cambio, un buen documental que se precie debería haber ahondado también en los motivos del suicidio, investigando en este sentido.
El papel de la televisión
Incluso la televisión italiana tiene sus defectos. Entre otras cosas, remarcó la periodista Selvaggia Lucarelli que teoriza a los españoles el mayor defecto de nuestros medios: contar sólo los hechos que persiguen una determinada tesis (justo lo que ha hecho el documental español) mientras que un periodista debe dar espacio, por deontología. , a todas las perspectivas y sin jueces. Es una pena que el periodista forme parte de la redacción de Il Fatto Quotidiano: los españoles no pueden saber, por ejemplo, cómo temas como la guerra de Ucrania o los argumentos políticos contra el Movimiento 5 Estrellas, muy ligado a su director Marco Travaglio, se tratan .
Abriendo y cerrando este paréntesis, el documental español sostiene que la televisión italiana no tiene moral pero ha apoyado la tesis de la familia sobre el asesinato solo porque es víctima de su país y porque los espectadores son más solidarios con una madre que ha perdido al hijo que con un VIP español que ha elegido vivir su dolor en la intimidad. En definitiva, según el documental, nuestra televisión no persigue la verdad sino la audiencia y la emoción.
Sin embargo, Televisión Española, hasta que Raquel Sánchez Silva dejó de trabajar para cadenas comerciales, prefirió no hablar nunca del caso, limitándose a dar el pésame al día siguiente del hallazgo del cuerpo. Y lo hizo solo después de que el presentador se mudara a la televisión estatal y por ‘demérito’ de la propiedad de Mediaset. En definitiva, el documental acusa a nuestra TV de objetividad pero admite que la suya ha omitido deliberadamente el derecho a informar por respeto a su VIP.
Finalmente, el título de la serie documental es “Las últimas horas de Mario Biondo”. En realidad, este es solo el tema del primer episodio, los otros dos, sin embargo, se centran sobre todo en la familia del camarógrafo siciliano y en desmentir sus tesis, utilizando obviamente a psicólogos y médicos forenses españoles, y señalando la mala fe de nuestros periodistas (salvo el de Selvaggia Lucarelli, claro).
Vamos… Lo que hay en Netflix no es un documental sino una herramienta para limpiar la imagen de Sánchez Silva. Con eso, de ninguna manera estoy afirmando que sea culpable de nada. Ese no es el punto. Pero como espectador, no me gusta que un producto intente manipularme y dirigir mi opinión.